Descripción general

El cordoma es un tipo poco frecuente de cáncer de huesos que empieza con una proliferación de células en los huesos de la columna vertebral o en el cráneo. Se forma con mayor frecuencia en el sitio donde se ubica el cráneo en la columna vertebral (es decir, la base del cráneo) o en la parte inferior de la columna vertebral (es decir, el sacro).

El cordoma comienza en las células que ayudan a la formación de la columna vertebral antes del nacimiento. Las células típicamente se convierten en los discos de la columna vertebral. Si alguna de estas células queda cuando el bebé nace, normalmente desaparecen al poco tiempo de nacer. Pero, a veces, algunas de estas células permanecen y, raramente, pueden volverse cancerosas.

El cordoma suele crecer lentamente. Puede ser difícil de tratar porque, generalmente, se ubica muy cerca de la médula espinal y de otras estructuras importantes, como las arterias, los nervios o el cerebro. Este tipo de cáncer usualmente reaparece después del tratamiento.

Síntomas

Entre los signos y síntomas del cordoma podrían incluirse los siguientes:

  • dolor de cabeza,
  • dolor de cuello,
  • problemas de visión, como visión borrosa o doble, o pérdida de visión,
  • problemas de equilibrio,
  • pérdida auditiva,
  • parálisis facial,
  • debilidad muscular,
  • dificultad para tragar,
  • falta de aire.

Cuándo debes consultar a un médico

Programa una cita con un médico u otro profesional de atención médica si tienes algún síntoma que te preocupa.

Causas

No es clara la causa de la mayoría de los cordomas. Este cáncer suele comenzar en los huesos del cráneo o la columna vertebral.

El cordoma ocurre cuando se producen cambios en el ADN de las células de los huesos. El ADN de una célula contiene las instrucciones que le indican lo que debe hacer. En las células sanas, el ADN da las instrucciones para crecer y multiplicarse a un determinado ritmo. Las instrucciones les indican a las células que deben morir en un momento determinado. En el caso de las células cancerosas, los cambios en el ADN hacen que las instrucciones sean diferentes. Los cambios les indican a las células cancerosas que crezcan y se multipliquen rápidamente. Las células cancerosas pueden seguir viviendo más allá de lo que vivirían las células sanas. Esto causa un exceso de células.

Las células cancerosas forman una masa que se conoce como tumor. El tumor puede aumentar de tamaño hasta invadir y destruir el tejido corporal sano. Con el tiempo, las células cancerosas pueden desprenderse y diseminarse a otras partes del cuerpo. Cuando el cáncer se disemina, se llama cáncer metastásico.

Factores de riesgo

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo para cordoma, se encuentran los siguientes:

  • Edad. El cordoma puede ocurrir a cualquier edad. Sin embargo, este cáncer suele afectar a personas de entre 40 y 60 años de edad.
  • Antecedentes familiares. Las personas con antecedentes familiares de cordoma pueden tener más probabilidades de presentarlo.